Está vez el lugar escogido fue Cuatro Vientos una base aérea de los militares en España, corresponde a 48 campos de fútbol.
Antes de emprender la caminata, mochila en la espalda, fuimos a misa a Schonstatt, donde muchos otros peregrinos iban a salir de allí.
Ya de camino eran como 4 km pero a 38°C y con la mochila y el sleepping en la espalda parecía mucho más.
Los bomberos nos ayudaban con el calor.
Al llegar a Cuatro Vientos nos acomodaban de acuerdo con el número que estuviera en la acreditación, ahí también se iba por el menú del peregrino que tenía toda la comida para el sábado y el domingo.
El calor se fue poco a poco y el cielo se fue poniendo oscuro.
Para no hacer largo el post, después de que llegó Benedicto XVI empezó una tormenta de verano, que duró como 30 mins, nunca en mi vida había sentido la lluvia con tanta fuerza y tanto viento de verdad increible, lo mejor de todo fue que el Director Ejecutivo de la JMJ, salió para decirnos que rezaramos un poco a ver si bajaba la lluvia, porque ese día dormíamos al descampado.
Después de unos minutos dejó de llover, y una paloma blanca cruzó de lado a lado cuatro vientos, parece mentira pero los que estuvimos ahí podemos dar fe que es cierto.
Después de la lluvia la adoración eucarística, unos minutos de silencio absoluto, 2 millones de personas, en silencio, orando, es algo de verdad fuera de este mundo, realmente maravilloso.
Pasamos la noche ahí y dormí muy bien por lo menos yo, para estar en el suelo y al aire libre...
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