jueves, 20 de octubre de 2011

Hasta pronto Madrid...

La JMJ terminó, pero los recuerdos, las vivencias y las amistades; quedan en el corazón.
Realmente esta experiencia me abrió los ojos para darme cuenta de lo que verdaderamente significa la universalidad de la Iglesia Católica, a valorarla más y a no tener miedo de los comentarios negativos que puedan hacer.

Para siempre tengo en mi corazón a mi familia de Riaza, que nos abrió las puertas de la casa y del corazón para acogernos, a los voluntarios que aunque estaban cansados nunca pusieron mala cara para nada y cada una de las personas de la organización que hicieron posible esta experiencia, aunque no sé sus nombres les doy las gracias. Mis amigos de España.

Después quedan más ganas de trabajar, de orar y de aprender más de todo lo que la Iglesia tiene para ofrecernos.

Y sobre todo como Dios hizo posible esto y nos llevo de la mano en cada uno de los momentos que vivimos, con cada una de las personas que nos puso en el camino.


Voluntarios en Pozuelo



Madrugaron para despedirnos


Madrugada en Madrid


Avión Iberia


Aeropuerto de Barajas


En algún lugar del Atlántico

Creo que básicamente se resume en este video bello, hermoso....

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